A lo largo de la Edad Media y Moderna eran muy frecuentes las incursiones de naves piratas argelinas y tunecinas, que aprovechando el más mínimo descuido secuestraban a los pobres pescadores que faenaban cerca de la costa y también se atrevian a realizar incursiones tierra adentro. Por eso la mayoría de las masías situadas cerca de la costa se protegían con una torre de defensa. Los cautivos eran vendidos como esclavos y con el paso de los años algunos de ellos conseguían redimirse, pagando enormes sumas de dinero.
Al principio del siglo XX, empiezan a proliferar los xalets de veraneo, propiedad de empresarios y personas de elevada posición económica, de Barcelona y de Girona, llegando a formarse una colonia de veraneo muy importante. En aquella época se construyó el hotel Geroglífico, donde en verano se celebraban grandes fiestas y conciertos, siendo pionero en la Costa Brava. La I Guerra Mundial provocó su rápida decadencia. La llegada del boom turístico provocó grandes destrozos paisajísticos. A pesar de ello, aun es una de las playas de moda.